
Hemos contactado con Jaime Conejero, cazador de 68 años. El pasado domingo, a las 8 de la mañana, caía a un pozo de 6 metros de profundidad del municipio de Los Monjós, en el alto Penedés (Barcelona). Ha contado a Club de Caza todo lo que sucedió y por qué le debe la vida a su perro de caza.
Cayó al pozo mientras cazaba
«Estoy un poco magullado, pero bien», nos dice Jaume. «Ayer me hicieron una entrevista en TV3. Fue muy bonita porque el protagonista fue el perro, aunque yo soy la víctima, nos dice Jaime antes de romper a reír».
Le preguntamos qué fue lo que sucedió para acabar en el fondo de un pozo de seis metros de profundidad: «Íbamos subiendo por un sendero y se me cruzó una torcaz. Le disparé y cayó. Busqué el cartucho para recogerlo y me dirigí a la zona donde había caído. No la encontraba y di algunos pasos atrás. Es cuando caí. He buscado espárragos por la zona, pero nunca había visto el pozo. Estaba completamente oculto entre la vegetación».
La suerte, por llamarlo de alguna manera, que tuvo es que en el fondo de aquel pozo había envases de plástico y basura que amortiguó el golpe. En ese momento, Jaime pensó que de allí no salía vivo. Nadie podía oírle y él mismo no escuchaba lo que sucedía fuera del agujero.
Su perro le salvó la vida
Pero allí estaba Tro, para salvarle la vida. Así nos lo cuenta Jaime: «En lugar de quedarse allí, mi perro se fue a una era despejada que hay a unos 50 metros y allí se sentó. Estoy seguro de que allí había visto a alguien otro día, y se puso a esperar. A la media hora más o menos pasó por allí un compañero cazador. Al ver al perro, le reconoció. Al no encontrarme por allí, empezó a llamarme, pero yo, desde el pozo, no le oía. Entonces llamó a mi hijo por teléfono. Le dijo: tengo al perro de tu padre, seguramente se le habrá perdido. Mi hijo le dijo que mi perro no se separa tres metros de mí. Si Tro no está con mi padre, es que algo le ha pasado, le advirtió.
»Entonces, le indicó que le dijera al perro estas palabras: Tro, ¿dónde está Jaime?. Mi compañero lo hizo y, acto seguido, el perro comenzó a guiarle hasta el pozo.
»Cuando me di cuenta, vi una cabeza que se asomó al pozo preguntando: «Jaime, ¿estás ahí?». Le grité como loco que sí, que había caído, y en pocos minutos me sacaron de allí».
Jaime tiene dos costillas fisuradas y alguna herida leve por causa de la caída: «Dentro de lo que podría haber pasado, no es nada», nos dice. Efectivos de Protección Civil trasladaron al hombre al hospital comarcal.
Así es el héroe de esta historia
Pedimos a Jaime que nos hable de Tro: «Mi perro siempre ha sido uno más de la familia, siempre ha vivido conmigo. Está cruzado de bretón. No sabemos quién es el padre», nos dice de nuevo entre risas. El buen humor de este cazador nos maravilla mientras nos cuenta cómo salvó la vida gracias a su perro: «Tiene pinta de bretón, como la madre, pero salió más grande de lo que es normal en la raza. Es mi compañero. Vive conmigo, paseamos juntos por el campo. Si sale algo, intentamos cazarlo, pero lo que realmente nos gusta es pasear y almorzar en el monte».