
Xabier Rincón caza los domingos con la cuadrilla en un pueblecito muy próximo a Gerona que se llama Palol de Oñar. La jornada de la semana pasada decidieron cazar la parte alta del coto, donde suelen verse más jabalíes. Hemos hablado con él para que nos contase todo lo que aconteció durante esta apasionante cacería.
«Éramos pocos, tan solo tres cazadores y dos perreros. Muy poco después de soltar a los perros, dieron con este jabalí. Aquí comenzó una persecución intentando cercarle en los puntos estratégicos que tenemos marcados en este terreno, pero el jabalí era experto y sabía por dónde podía escurrirse».
En la primera de estas paradas, de repente lo escucho, venía directo a mí. Aún recuerdo cómo rompía monte en mi dirección, pero pasaron unos ciclistas por la pista forestal, por lo que no disparé.
Volvimos a coger los coches para intentar cerrarlo de nuevo, pero volvió a escapar, así que tuvimos que seguir avanzando para intentar cortarle. Esto lo tuvimos que repetir cinco veces.
La última oportunidad
En la quinta intentona, que era la definitiva, porque ahí se terminaba el terreno del coto, cuando intentaba hacer lo que venía consiguiendo durante toda la mañana, escurrirse entre las posturas, uno de los compañeros lo vio.
Inmediatamente, detuvo a los perros y le disparó. Si te fijas en las fotos, tiene el disparo en la pata derecha delantera, lo que le ocasionó la rotura de la misma.
Los perros lo alcanzaron
Esto consiguió que los perros le alcanzaran y le llevaran hasta un barranco que cuenta con una pared bastante empinada de roca, lo que le imposibilitó que subiera por allí. Los bravos canes estuvieron un buen rato ladrándole allí, impidiendo que huyera hacia otro lado, hasta que llegamos los demás.
Afortunadamente, no hirió a ninguno de ellos. Esto fue una gran suerte. Cuando llegamos al barranco, pudimos rematarlo enseguida.
Aquí terminaron muchas horas de dura y trabajada caza. Soltamos a los perros sobre las 8:45 h. de la mañana, y el disparo para rematarlo lo efectuamos a las 13:30 h.
Una cacería de las que fomentan la afición
Es uno de esos días que, tras horas trabajando en el monte, la afición por la caza sale reforzada. Además, cuando vimos el gran tamaño del animal y la talla de los colmillos, que son muy grandes para lo que suele ser habitual en la zona, la alegría fue aún mayor.
Porque aquí son todas zonas abiertas, no hay cercones, no se sueltan jabalíes en ningún sitio. Y este ejemplar tendría cinco años como mínimo. Los colmillos no son muy largos, pero son muy gruesos. Vamos a ver la puntuación que arroja, pero plata seguro que alcanza.
Sacarlo del monte
Para sacarlo del monte llegó lo realmente difícil. Tuvimos que enganchar dos coches, un cable desde uno de ellos a la bola del remolque del otro. Como éramos tan pocos, de otra manera no habríamos podido sacar de allí los 90 kilos que pesó el cochino. Todo esto lo vemos en uno de los vídeos.
Perros
Los perros hicieron un papel extraordinario. Fueron muchas horas siguiendo rastros hasta conseguir alcanzar al jabalí, y cuando lo lograron, lo acosaron de maravilla hasta que llegamos. Solo llevamos cuatro perros, un sabueso, un grifón y dos cruzados de sabueso y podenco, lo que les da más mérito.
Yo llevé un joven teckel de 4 meses que me regaló un buen amigo de león y que estoy iniciando, pero que solo me acompaña a mí. Es el que se ve en las fotos. Tiene una afición bárbara. Le puse en el rastro del jabalí y no veas cómo lo seguía. Y ya es la tercera vez que me lo hace. También me avisa si algo se acerca a la postura.