
Entre los detalles que ha ofrecido por el coronel Ezequiel Romero, jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Huelva, ha destacado que «Montoya, que reconoció el asesinato a la Guardia Civil, raptó a la chica cuando salía de su casa (ambos vivían frente a frente), la introdujo en su vivienda y la violó y mató. Montoya trató de borrar las huellas del crimen, limpiando inútilmente los restos de sangre que quedaron en su casa con lejía, según fuentes de la investigación. Después se deshizo del cadáver de Laura, así como de varios enseres como la manta donde envolvió todo y algunos objetos de la víctima, a lo largo de un recorrido de escasos cinco kilómetros».
Los cazadores se suman a la búsqueda
Las tareas de búsqueda incluyeron a mucha gente, entre ellos voluntarios que quisieron sumarse a las labores que coordinaba la Guardia Civil. El coronel ha destacado que «el pasado domingo volvimos a hacer otra batida con muchísima más gente y distribuimos la zona a partir de esos cinco kilómetros. La idea era abarcar diez kilómetros más de radio. Todo era coordinado por nosotros para tener control de que no se mirara muchas veces en el mismo sitio y ninguna en otros sitios. Se dividía por sectores, con mapas incluidos. Siempre dirigidos en cada zona por un profesional, de tal manera que coordinara toda esa zona a batir. Allí mandamos una cantidad mayor de personas y sobre todo por ejemplo mandamos a los forestales que conocían perfectamente esa zona. También tres grupos de cazadores que en vez de irse a cazar fueron a buscar a Laura».
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