
Dos perros se escaparon de una propiedad próxima y se colaron en la propiedad de este pastor. El dueño de los canes ha manifestado que escuchó dos disparos y poco después uno de los perros regresó a casa, pero el otro no lo hizo.
El pastor mintió a la Guardia Civil
Poco después, el pastor fue al cuartel de la Guardia Civil de Inca para denunciar los hechos, pero no dijo nada de que, supuestamente, disparó al perro. Tampoco dijo la verdad acerca del lugar donde había enterrado a la oveja muerta.
Las investigaciones continuaron y al día siguiente la Guardia Civil visitó los terrenos donde sucedieron los hechos y descubrieron un lugar donde había tierra removida, por lo que sospecharon que ahí se había enterrado algo el día anterior.
Allí encontraron la oveja muerta, pero también hallaron el cadáver de un perro que, al tener microchip, pudieron identificar como el perro desaparecido. La necropsia confirmó que había muerto por el disparo de un arma de fuego.
Ahora el pastor se enfrenta a una denuncia por un delito de maltrato animal con resultado de muerte.