
Según informa la Guardia Civil en un comunicado, estas trampas ilegales que han sido retiradas de varios campos de localidades de la provincia consisten, básicamente, en lazos y cepos instalados en zonas rurales.
Sospechan de agricultores y ganaderos
La Guardia Civil sospecha que han sido colocados por los propietarios agroganaderos para evitar o minimizar los cuantiosos daños que las especies salvajes, sobre todo el jabalí, ocasionan en sus cultivos.
En este sentido, la Benemérita recuerda que el uso de estos sistemas es «muy perjudicial» para la fauna silvestre, animales domésticos e incluso para las personas que los pise accidentalmente, sobre todo cuando las trampas son colocadas en entornos periurbanos para proteger huertos y corrales.
El uso de estas medidas supone que el autor de los hechos pueda ser investigado y puesto a disposición de la autoridad judicial por incurrir en un supuesto ilícito penal.